Ahora que la brisa fresca regresó para quedarse,
que el calor sofocante jugó con el frío y perdió,
que la humedad se batió en retirada y
los pájaros de mi jardín vuelven a cantarse.
Ahora que las veladas de agosto se evaporan,
que las hojas secas nos regalan su alfombra,
es ahora que mis ventanas se abren,
y enciendo una vela en el farol de mi porche,
para que su luz te de la bienvenida y te alumbre.
Y suena el jazz en mi espacio,
y el aire huele a canela y cacao,
te tiendo mi mano anhelante
abro mis labios y
te brindo mi aliento.
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