sábado, 5 de septiembre de 2015

Mi querida abuela


Se ha ido con el amor de su vida.  Aunque ha pasado una década, nunca dejó de hablarle por las noches antes de dormir, de contarle lo que iba pasando y cuánto le echaba de menos. Cuánto añoraba sus bromas, sus risas, su manera de hacerle entender que todo lo malo pasaría y que la vida había que tomarla con tanta más ligereza cuanto más grave se nos mostrara.
Ella dejaba escapar una sonrisa de sus labios al escucharle en su mente y le daba un beso a la foto que de él tenía en su mesilla de noche antes de apagar la luz.

- ¡Cuánto has tardado!
- Aún me necesitaban allí abajo. Tenía que encender la última vela antes de marcharme.
- Estás muy guapa nena.
A ella le brillaron sus preciosos ojos azules, ya transparentes por las cataratas.
- ¿Bailas esta pieza conmigo?


- Siempre.