viernes, 29 de julio de 2011

Sé que estás mejor

Sé que estás mejor.
Esta tarde, al regreso de mi paseo,
tuve la certeza.
El cielo estaba cálido y en calma.
Sus colores, azúles mezclados con malvas y rosas.
La brisa fresca, apartaba el calor con su mano.
Ha sido como no recibir tu carta en mi buzón,
pero sin la espera previa.
No tuve que abrirlo ansiosa cada día
para no encontrar nada,
nada tuyo.
Hubo una misiva de despedida,
me di cuenta, la intuí.
La leí como siempre, aceleradamente,
con mis prisas, siempre con prisas.
Esa misiva la perdí,
no la encontré cuando fuí esta mañana a releerla.
Puede que se confundiera y acabara en el contenedor de reciclar papel.
La busqué para releerla,
regresar a sus palabras,
a los huecos en blando de su texto.
Eso quería.
Pero la carta ya no está.
Me resta tan solo el recuerdo de tu angustia
amarrado a la esperanza que rezumaban tus letras.
Deseo que te empape y que te colme,
que todos tus blandos huecos en negro se vacíen
y se llenen de blanco,
para que puedas escribir de nuevo
tal como eras,
en colores.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Jo, qué triste! Pero esperanzador, porque al final escribirá en colores, como, presumiblemente, fue.

Baci.

fiorella dijo...

Es bueno desear así.Un beso

Anónimo dijo...

Cielos!!.








Me estoy dejando enganchar...
y tal vez no debería.