viernes, 15 de julio de 2011

EN EL TRAPECIO, SIN RED

Aún siento el vértigo en mi estómago.
En el trapecio y sin red,
hallándome en la red como nunca
pues poco hace que me precipité,
busco un lugar donde resguardarme.

Llévame,
muy lejos,
fuera de este tiempo y este espacio.
Piérdeme en un lugar sin coordenadas,
contigo.
Me basta un simple gesto de cortesía tuyo.
Te seguiré
pero no me atarás,
entre nosotros no habrá lazos,
solo corrientes pues ahora
soy libre.
Entre toda esta bruma que me envuelve,
todavía atisvo el esplendor,
el rayo de luz que me conduce
a mi nueva vida,
sin tinieblas,
sin llantos ni gemidos,
sin secretos,
sin escalofríos,
sin dobleces,
sin odio,
sin temores,
TÚ.

2 comentarios:

fiorella dijo...

Hay lazos que nos hacen más libres,enlazados y no atados.Un beso

Daltvila dijo...

Gracias Fiorella pues transmites optimismo en este comentario.
No dudo que debe ser maravilloso enlazarse con una cinta preciosa pero para ello tu cinta debe no estar raída o deshilachada, pues, de lo contrario, desmerecería la unión.
Afortunadamente siempre puedes recurrir a cortarla con unas tijeras en su borde pero aún estoy buscando las tijeras por el camino.

Un abrazo