viernes, 29 de julio de 2011

(No debería haberme entretenido con los blogs)

Me levanto temprano, como siempre. A pesar de ello, el hecho de entretenerme en encender el ordenador y darme un paseo matutino por la Globosfera, mientras me tomo mi café con leche bien cargadito y mi tostada, me desbarata mi ya catastrófico cálculo del tiempo...
Más tráfico del habitual (no me lo explico).
Ni un hueco donde aparcar ( si me lo explico, casi siempre es así).
Después de dar tres vueltas estériles, no suena la flauta, desisto y me dirijo al parking más cercano, más cercano y más económico pues desconozco cuántas horas me pasaré aquí.
En la cola de entrada al aparcamiento, me despisto y me meto inmediatamente detrás del coche que me precede, hipnotizada por sus faros traseros o por la letra de la canción de Radio Futura, "Corazón de tiza" o, simplemente, sucumbiendo a la prisa. Lo cierto es que solo cuando me dispongo a salir del coche, tarareando la canción, me doy cuenta de que no llevo el ticket del parking; lo busco hasta debajo de las alfombrillas, rebusco en el bolso , miro y remiro el salpicadero, hasta que caigo en la cuenta de que lo que sucedió es que me deslicé por la rampa detrás de aquellos faros y....

Y mientras mi vida pasa, las manecillas del reloj no se detienen tampoco....

Caigo en la cuenta de que si voy andando hasta la entrada o la caja ya no llego a tiempo a la reunión ni por casualidad. Para entonces ya he cogido todo del coche, lo he cerrado y he caminado un trecho.
Regreso al coche y vuelvo sobre mis ruedas a la entrada desde el fondo del segundo sótano.
El empleado de la caja no puede ser más amable al verme llegar desencajada, acelerada y sudorosa (hoy hace un calor tropical) y cuando le cuento lo que me ha ocurrido, me dice: " Eso no es nada ¡Si supiera todo lo que vemos aquí!" . Me sonríe. Yo le devuelvo la sonrisa.
Embargada por su comprensión, me tranquilizo.
Por fin de camino al trabajo, suena el sonido de mensaje en mi móvil. Una llamada perdida. Un mensaje nuevo. Miro la llamada. Escucho el mensaje, que si he olvidado la cita, que si he tenido algún problema, que ya me están esperando,... No contesto. Apresuro el paso. Estoy a dos minutos...

6 comentarios:

Daltvila dijo...

Ha quedado un poco chapuza.

Perdon!

Sorry!

se hace lo que se puede.

fiorella dijo...

Ya le vas a tomar el timming a esto de los blogs y la ecuación tiempo y compromiso ineludible. No entiendo por que te quedo chapuza....no tengo que perdonarte nada,jajajajaja. Un beso.

Anónimo dijo...

Joder!!, que estrés.
Me has hecho hasta sudar e incluso tengo la respiración entrecortada.

Me voy a descansar a la cama que mañana arranco pa'l pueblo.



Ah!!. Y te ha quedao d'abuten; deja la "falsa modestia" (por el forro de los huevos) para quien tú y yo sabemos.


Besos.




PD : Coñiiio...!!, nunca antes me había cansado tanto leyendo un post JAJAJAJA

Anónimo dijo...

A mí no me ha parecido una "chapuza", al contrario, describes bien esa sensación que da cuando hay días que las cosas se giran un pelín, aunque, luego, siempre acaban por enderezarse, como demuestras tú al final del post.

Te dejo, que voy a apurar y disfrutar al máximo de mis últimos días de "vacances" con el hombre y amor-de-mi-vida. 
Si te tocan pronto las vacaciones descansa y disfrútalas mucho, Jefa I.
:)

Muáaaaaaaaas

Juan Ignacio dijo...

Empezaré por el principio, como soy mediocre necesito un método. Lo que he ido leyendo, poco hasta ahora, me gusta ¿Lo ves?, leyendo tu blog no me aburro.

Saludos.

Daltvila dijo...

Qué tiempos aquellos!
Me parece que ha pasado un siglo..
Me alegro ayudar a que no se aburra :)