jueves, 26 de julio de 2012

Un grito de amor........




De pronto, tuve una horrible certeza. Por más tiempo que viviera, jamás podría esperar una felicidad mayor que la que sentía en aquel momento. Lo único que podía hacer era intentar conservarla para siempre. Me horrorizó la felicidad que sentía. Si la porción de dicha que corresponde a cada uno estaba fijada de antemano, en aquellos instantes quizá estuviera agotando la parte que a mí me correspondía para mi vida entera...


UN GRITO DE AMOR DESDE EL CENTRO DEL MUNDO, Kyoichi Katayama








( Lo que le pasa al protagonista nunca me pasó. Me refiero a darme cuenta de que estaba consumiendo instantes o días de felicidad plena que nunca más volverían a repetirse. Si lo hubiera sabido, los habría prolongado con todas mis fuerzas, habría luchado por no perderlo...)




No sé qué tiene lo japonés que me atrae tanto. Claro que no debo ser muy especial porque le pasa a bastante gente por lo visto.
El otro día fui a cenar a mi restaurante favorito. Favorito? Sí, favorito.
Hay otros que me gustan mucho, es más, que la comida está mucho más sabrosa, pero el japonés es un compendio de cosas. En él me siento muy mimada, en mi habitat. No está excesivamente iluminado, más bien muy poco iluminado ahora que lo pienso, tan solo luces tenues sobre las mesas y con una luz cálida la zona de cocina en vivo. 
La decoración es minimalista con bellas láminas que reproducen cuadros de pintores consagrados japoneses. 
La música en su justo volumen para acompañar sin entorpecer.
Todo ello conduce a que todos hablemos en voz bajita.
Es tan relajante!
Si tuviera posibles, me concedería el dispendio de cenar allí día sí, día no.
Me gusta la zona de la cocina en vivo. Todo transcurre con lentitud, con mimo. El cocinero te prepara cada plato como si fuese tu mamá, con cariño, como si fuese lo único que fuese a hacer esa noche.
La vajilla es preciosa.
El detalle de la toallita caliente antes de empezar.
El postre estrella: un fino crepe envolviendo una bola de helado, flameado con licor.  




Luego está la literatura japonesa que, si bien tiene un aire de tristeza, es capaz de profundizar hasta el extremo dentro de nosotros, de escarbar aquello que nos cuesta sacar, que escondemos y de lo que escapamos. Los sentimientos al más alto nivel.

15 comentarios:

PS dijo...

Alguna vez he vivido una sensación parecida (sin horrorizarme, eso nunca) a la del fragmento de K.Katayama. Es tan efímera, tan etérea que no sé bien si fui yo misma que me autosugestioné u ocurrió de verdad.
Tendré que reservar mesa en un japonés, nunca lo he probado.

Feliz verano Daltvila!

Sergio dijo...

Hace un par de veranos me pasé el estío leyendo autores japoneses. Necesitaba calma y me iba a leer a los parques libros prestados, recomendados o de biblioteca de auotres japoneses. Leí ese de Katayami, por supuesto. Y tres libros de Banana Yoshimoto, a los dos Murakami(Haruki el fantasioso y Ryu el bestia), a los clásicos Mishima y Kawabata y a otros cuyo nombre he olvidado porque claro, son japoneses. La literatura oriental en general es para la contemplación. También soy un asiduo de su comida, cómo no. Y luego me dediqué a otras lecturas porque tengo varios tempos en el interior. Pero siempre me ha quedado el regusto dulce de aquellas lecturas sobre realmente nada pero que me hacían sentir tan tan bien y en paz conmigo mismo.

Unknown dijo...

A mi sí creo que me ha pasado, saber que era tan feliz que no podía durar mucho. Soy muy de anticipar la tristeza, de obligarme a pensar que acabará. Y es un asco, porque si tiene que acabar acaba, y nada te prepara para ello, mucho menos estar todo el tiempo pensando que acabará. Creo que sólo consigo acelerar la llegada del inevitable final.
Es triste ese fragmento, pero muy bello.
Me encanta cómo describes las cosas. Me haces desayunar contigo al borde de la playa, o cenar en ese japonés que tanto te gusta. Gracias! Esos momentos aparentemente cotidianos pero únicos por como te (me) hacen sentir me fascinan.
Besos, y gracias por llevarme a cenar ;)

Anónimo dijo...

Nunca he cenado en un japonés!
Por que cenar en un " Toyota o Suzuki" no cuenta verdad?

Pero nos lo cuentas tan estupendamente, que me veo sentado en la mesa!

Como Nuria, también quiero que me lleves!

Sobre literatura japonesa confieso mi ignorancia supina.
Akira Kurosawa, como director de cine y guionista, que tan rápido a triunfado y poco más.

Nos está pidiendo donativo para seguir asistiendo a su restaurante favorito?? no verdad signorina ?

Un piacere

Sicilia

María dijo...

A veces pienso que la cultura japonesa es una de las más misteriosas y llena de contrastes que existe, bajo ese envoltorio de extrema paz, armonía, equilibrio, estética minimalista ( todo lo que refleja el ambiente de ese restaurante que tanto te gusta y describes, DALT) sumado a su escrupuloso respeto, veneración por los antepasados, honor, sutileza, delicadeza y contención... resulta que cuando profundizas un poco en ella ... se vuelve un mundo de tempestuosas pasiones, tremendismo, dramatismo y en incluso ese fatalismo que se desprende de las preciosas palabras que transcribes al comenzar... Sin embargo ni creo, ni me gusta ese fatalismo... es más, me asusta.

Esa extraña combinación es lo que la hace tan fascinante todo lo oriental.

Como tú, también soy una enamorada de la estética japonesa y eso que yo, menos minimalista soy cualquier cosa:-) bueno, vistiendo sí, mi carácter no... soy así, tirando a barroca jajaja...pero ya ves... será que los polos opuestos se atraen... admiro su estética simple de lo bello, su delicadeza, esa forma casi primorosa con la que lo hacen todo. Ritualistas al extremo de convertir algo tan aparentemente sencillo como tomar el té, en filosofía.


Gracias cielo... como una caricia ha sido esto

¡¡ Sayonara さようなら !! :-)

Un beso graaaaande DALT




PD
Por cierto DALT, la música que suena de fondo que sí, a simple vista parece que tiene reminiscencias orientales, en realidad es un tema de un grupo irlandés/noruego SECRET GARDEN.

Te lo dejo porque tienes una letra preciosa, es una especie de nana (para que la escuches esta noche:-) NOCTURNE:-)

Tempus fugit dijo...

Paz y sensualidad... todo en su justa medida.


besos

El país de Tócame Roque dijo...

Estoy con Nuria, ser tan feliz que te lo fastidias pensando que no durará, que de alguna manera terminarás pagándolo, hay que ser idiotas.

Y sí, no dura, lo que no sé es si una misma con tanto miedo se atrae ese fin o hubiera llegado igualmente.

Del tema japonés no puedo opinar, aunque creo que no es lo mío

culdolla dijo...

Cuando sentí esa sensación, esa emoción, no podía pensar en "intentar conservarla" ni en "luchar". Sólo podía vivirla, sentirla, dejarme calar hasta los huesos...

Un abrazo desde mi casa de verano.

anuar bolaños dijo...

¿Cuándo me invitas?

Annie dijo...

A mí los momentos felices me dan miedo, no tengo la certeza de que sea el momento más feliz de mi vida, pero si soy consciente de lo feliz que soy en ese instante y me da miedo que luego me sobrevenga una gran tristeza, por eso creo que no he sido capaz de disfrutar esos momentos cuando me han tocado...

En cuanto a la comida japonesa o cualquier otra la verdad es que me da igual, pertenezco a otra cultura donde no le damos tanta importancia a la comida, eso sí, una velada o encuentro con amigos así sea sin tomar ni agua no la cambio por nada.

Me pasé por aquí porque te leí en el blog de Sergio. Confío en que ya todo sea prueba superada y estés cuesta arriba.

Besos mágicos preciosa

TORO SALVAJE dijo...

私はまた、日本の村上に訴えと東洋の魅力が、結局彼らは私たちのようにさらにストレッチの目であることを発見し、その文化は、その特殊性を有しており、非常に友好的であり、すべてその場合しかし、殺人、戦争、侵略、征服、破壊と什分の一の時に、他の人のようないくつかの絶対的な人前に出せないです。

キス。

Daltvila dijo...

Antes que nada pedir perdón a todos por no haber contestado antes. Tenía varias razones poderosas: falta de tiempo y lo que es peor, falta de ganas. Hubo de todo estos días: máxima felicidad, máxima infelicidad, vamos! ... extremos. Cuando escribí este post no imaginé que se fuera a amoldar tan bien a mi cuerpo.
En fín, será verdad eso de que atraemos lo que pensamos? y...
de ser así, a partir de YA voy a pensar algunas cosillas ;)





Feliz verano para tí también País, aunque ya estemos en el Ecuador:)

Eso de horrorizarte cuando estás viviendo un momento feliz, me parece a mí que solo le pasa a los japoneses.A quienes somos del Mediterráneo ni se nos pasa por la cabeza.

Un abrazo muy fuerte





Sergio:

Yo también voy a rachas, debo tener también distintos tempos. Tan pronto me da por leerme a los japoneses como a leerme de tirón a Paul Auster - me gustó muchísimo, por cierto... estoy por volver a él ahora que necesito una buena dosis de optimiemo en mi vida- . Si descubro algo que me apasiona, me cuesta muchísimo dejarlo, siento auténtica pena cuando se acaba.

Deseo que estés pasando unas semanas muy felices e intensas.



Un beso

* Me gustaría que me recomendarás algún libro de esos que te insuflan alegría y bienestar.


Nuria:

Gracias a ti por leerme. Me gustaría ser capaz de compartir tan solo buenos momentos y a veces me freno a la hora de escribir si estoy triste, pero es absurdo hacerlo. Somos quienes somos, de carne y hueso. El blog te permite sacar eso aunque cada vez os sienta más cercanos a todos y mi blog deje de ser una página en blanco sin destinario.

Besos y sigue captando lo bello de la vida. Como me decía una amiga ayer: "Tienes que visualizar lo que deseas y se cumplirá"... (Mi amiga es un poco brujita como puedes imaginarte. La quiero un montón)..
Así que, Nuria, ya te puedes ir poniendo a visualizarte en una playa de arena blanca, tumbada a la bartola y tomándote un coktail...que no sea molotov Jajaja...)



Sicilia:

Aún no he visto su donativo en mi cuenta...!!! (Apiádese de mí, prego!)

Le llevaré al japonés cuando guste pero cada uno se paga lo suyo, OK?
Soy post-feminista, no lo puedo evitar ;)

Besos



Me encantan tus regalos María. Es un lujo tenerte como amiga aunque seamos tantos para compartirte, siempre nos dedicas una parte de tí.
A mi me atrae mucho lo japonés aunque no dejo de reconocer que son especialmente tortuosos. Puede que yo también tenga una parte así de complicada. Al mismo tiempo, tienen el otro extremo de paz... Son como la comida asiática, agridulces.

Ya he visto que has comenzado tus merecidas vacaciones... Luego me paso por tu casa y me invitas a algo fresquito para celebrarlo :)

Besos



Imagina:

Deberíamos dejarnos de tonterías y disfrutar el momento, pero... no estoy yo para dar lecciones, soy así de idiota muchas veces. A ver si ponemos remedio:)

Un abrazo



.... Luego sigo.....

Daltvila dijo...

Buenos días:
En un respiro mientras preparo la comida, aprovecho para contestar:


Culdolla:
¿Cuándo montarás un cursillo de fin de semana para enseñarnos a algunos de aquí a disfrutar de los buenos momentos sin más?

Un abrazo



*********************************+


Annie:

Me alegro mucho de verte aquí. Yo también coincido contigo por el blog de Sergio.
La verdad es que en la cresta de la ola no estoy, sí ascendí a la superficie y un poco más, pero no se puede decir que esté para lanzar cohetes.

¿Te apuntas tú también a un curso con Culdolla?

Un abrazo muy fuerte. Deseo que estés pasando un buen verano y a ver si me mandas un poco de tu energía y magia:)

Daltvila dijo...

ANUAR! Te salté sin querer

Te digo como a Sicilia, que te invito cuando quieras, aunque más bien debería decir que te llevo cuando quieras por eso de pagar a medias ;)

Un abrazo

Daltvila dijo...

Torito bravo:

Aunque aquí solo me salgan los cuadraditos, tuve oportunidad de leer tu comentario en japonés en mi móvil.

A todo SI, aunque mi japonés es muy malo,... puede que a algo NO, por tanto ;)