lunes, 9 de abril de 2012

Algunos domingos

No sé muy bien qué es lo que hace que me ponga a escribir cuando tengo pensado hacer otra cosa. En fin, aquí estoy. De pronto he querido compartir con vosotros algo o dejarlo aquí para que no se pierda en esa memoria mía cada vez más escuálida.
El domingo pasado fui al vivero que tengo más cerca de casa. Periódicamente, cada x meses, una buena mañana de domingo- siempre es domingo-, de esas soleadas, de cielo azul o azul cielo, de cantos de pájaros al despertar, del rítmo de unas zapatillas que golpean el asfalto al correr, de unos pasos relajados a la vuelta de comprar el periódico, pan recién hecho y algo de bollería para sorprender a quienes en casa aún duermen,...(¿Por dónde iba?...)...
Decía que esas mañanas de domingo redondas, siento el impulso de comprar plantas, abono, tierra nueva,...
Y así lo hice. En esta ocasión, cuando llegué con mi carrito a la caja, me dí cuenta de que la gran mayoría eran margaritas, siendo éste un claro influjo de mi salvapantallas de margaritas blancas tomado prestado de una entrada de María ("El saco de mis pensamientos").
Junto a las plantas, me regalé un capricho, un precioso adorno alargado hecho de alambre y cristal, con un sol, unas flores, una mariposa y unas cuentas de colores, rematadas en un recipiente para una pequeña vela de cristal de color rojo.
Al llegar a casa, pensé y repensé en qué lugar lo colocaba. Resultó ser demasiado largo para dentro de mi casa y además, parecía nacido para estar al aire libre y disfrutarlo en las veladas estivales. Por fin hallé el sitio perfecto. Cogí una escalera y me subí al último peldaño para llegar a colgarlo a la rama más alta de un ciruelo japonés, de manera que la vela pudiera contemplarla encendida en la entrada.
Ahí estaba esta noche, donde lo dejé.
He sentido el deseo o puede que la necesidad de encenderla y he visto que la vela se había mojado con la lluvia. En condiciones normales, habría desistido por hoy, otra vez será, pero esta noche tiene algo de especial, el día lo ha sido, se ha ido rellenando de instantes, momentos, cargados de ternura, de unión en la lejanía, de amor, de preocupación compartida, de palabras hermosas, sentidas,...
He rebuscado en el armario donde guardo las velas, he cogido una de ellas, he vaciado de agua el recipiente y he prendido la vela. En estos momentos está parpadeando, guiñándome un ojo porque sabe que estoy hablando de ella.

Solo quería compartirlo con vosotros.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Así que zapatillas deportivas eh?
Además de escribir así, deportista y en forma. jeje.

Bueno! si el día te dejo una sonrisa en la cara, que bien que la compartas..

Yo te dejaré otro guiño de ojo!

Un café con tostadas signorina, para después de la carrera?

Besos Dalt.

Sicilia.

PD: También tengo que repetir un par de veces para conseguir comentar jajaja en todos los blog.

Tempus fugit dijo...

Las velas dan poca luz, pero tienen una conversación muy chispeante y hacen mucha compañía.


besos

Daltvila dijo...

OH, Sicilia:

Pareces impresionado con lo del deporte!!!
Ya sabes "mens sana in corpore sano" ;)
Practicar deporte sienta de maravilla, para eliminar tensiones y disparar las endorfinas. Lo que ocurre es que no tengo demasiado tiempo y es algo que crea adicción,puede que sea por lo de las endorfinas.

Acepto encantada el café italiani latte con tostadas, de aceite y tomate, si puede ser.
Otro día invito yo.

Un piaccere, como siempre.

Besos, Sici (¿Puedo?)

Daltvila dijo...

A mi, De Cenizas, me encantan las velas. En invierno dan calidez y en verano, adornan con alegría las veladas.

Me voy ahora a ver tus lirios. Me encantan las flores.

Besos

Tempus fugit dijo...

Por cierto, soy testigo de que incluso en agosto hay lugares tranquilos y preciosos en Eivissa. Y la verdad, si no vas a cuatro sitios concretos, es un lugar tranquilísimo y de gente encantadora.


besos

María dijo...

A este paso querida DALT, casi vamos a resultar ser siamesas jajaja meeencantan las plantas ( se me dan de pena, pero meencantan:-) meencanta hacer deporte y sobre todo me ha encantado ( soy una mimosa incorregible) que aun tengas las margaritas en tu pantalla y con ellas me recuerdes Mmmmm ¿tú sabes que sonrisa de bobita me has dibujado cielo?

Es muy bonito esto que nos has contado, todo tu esfuerzo por colocar ese adorno en le mejor sitio, aun cuando la lluvia te haya hecho la jugarreta que cuentas... ¡aaah! jajaja también meeencantan las velas y sobre todo ... lo que más lo que más que hayas tenido la necesidad de celebrar un día tan especial por lo especiales motivos que has comentado... ¡¡ojalá esa lejanía se haya acortado y ese guiño parpadeante de la la vela haya sido sentido por todos los que te queremos!! yo no se guiñar un ojo... ( se me cierran los dos) pero también tiene mi guiño cómplice... entrenaré a ver si soy capaz de hacértelo algún día... frente a frente ( tú...no te rías ¿vale?:-)



Un beso inmeeeeenso preciosa y ... gracias, eres un sol.

Sergio dijo...

Qué envidia la vida tranquila con plantas y alguna que otra vela y la calma por fuera y por dentro. Así da gusto escribir, leer y hasta vivir. Tu blog se acerca por momentos a la literatura japonesa de la calma que por cierto, yo leo a veces y es una experiencia relajante y agradable.

Daltvila dijo...

Prometo no reirme (No me lo creo ni yo ;)

Pues sí, aquí tengo tus margaritas blancas alegrándome la primavera cada vez que enciendo el ordenador.

A mi tampoco se me dan demasiado bien las plantas, no creas, de ahí que visite periódicamente el vivero :)

Besos para tí y FELIZ DÍA!!!

Daltvila dijo...

¡Qué bonito lo que me dices, Sergio!
Gracias.
Me alegro de que te haya llegado la calma.

Un beso

Anónimo dijo...

Me ha encantado este post, mucho. Sabes transmitir a las mil maravillas esos momentos Zen y de reposo del Alma.

Me encantan las velas a mí también, tanto en invierno como en verano y, especialmente, alrededor de una bañera hidromasaje inundada de espuma y aceites esenciales.

Abrazos energéticos para ti, querida Dalt, desde mi Alma Zen.

*Te pido disculpas por mi ausencia de esta tu casa, e incluso de la mía. Me paso la vida de bon voyages!

Cecilia Taboada Palafox dijo...

Qué bonito! Cuánta serenidad, y qué necesaria. Gracias por compartirla

besos!

Daltvila dijo...

Ámber:

Nada de pedir disculpas, lo que tienes que hacer es disfrutar mucho de los voyages, cargarte de bonitas experiencias y cuando puedas, contárnoslas desde tu AlmaZen.

Besos y abrazos que viajan también :)

Daltvila dijo...

Me alegro Supe de haberte transmitido serenidad. Es un piacere(como dice Sicilia) compartir estos momentos con vosotros.

Besos y FELIZ FIN DE SEMANA :)

el paseante dijo...

Te imagino a la sombra de ese ciruelo japonés leyendo un libro (aunque no sea a la luz de una velita, que eso cansa la vista). Te veo hogareña (a pesar de tu vida ajetreada). Me ha gustado tu domingo y tu post relajante.

Daltvila dijo...

Gracias Paseante por tus palabras.
Es verdad que soy hogareña, que me gustaría tener más tiempo para hacer lo que dices, pero la vida me empuja en este rítmo vertiginoso y no sé muy bien cómo podría ralentizarlo. Este es un tema que me preocupa :(

Rorschach Kovacs dijo...

Querida celestina, este decadente en vías de extinción te estaría eternamente agradecido si le pones en contacto con esa andaluza, ¿queda todavía tiempo para encontrar la felicidad entre los bellos brazos de esa mujer? xD tienes mi mail.
Besos.