Al acabar, levanto la vista y mis ojos toman la palabra sin pedir venia alguna a mi cabeza:
- Estoy exhausta, tremendamente cansada del amor, del amor sentimental, no del amor a la vida. En esta ocasión has de saber que todo el esfuerzo corre de tu cuenta, que tendrás que tirar de mi mano para lograr vencer todas las resistencias. No te engaño. Son muchas.
... También debes conocer que hace tiempo fui lanzada con tremenda fuerza de esta órbita y que dejé de estar regida por la vis atractiva de la Tierra. Ahora vago sin trayectoria establecida, de manera que será difícil hallarme si pierdes mi teléfono o si yo de forma inopinada decido un buen o mal día cambiar la línea...
No puedo prometer nada ni puedo prometer a nadie, tampoco a tí pese a ser merecedor de un buen depósito en garantía de tu amor, pues hace tiempo, cuando habitaba en el Reino del Amor Verdadero, todas las promesas, las suyas pasadas y las mías futuras, las futuribles, fueron aniquiladas por la Bruja Traición y el Ogro Decepción. E igual que sucede en los cuentos, solo quien logre vencerles conseguirá que en el Reino del Amor luzca de nuevo el sol y regresen los colores y los flamencos emigren de nuevo a ese bello lugar...
Y colorín, colorete, por la chimenea se va el cohete (como dice Sici).
Por cierto, Sicilia, te lo iba a dedicar pero creo que me salió un contenido inadecuado para esta ocasión.